Sana en este momento

Es sabido que nosotros tenemos el poder de sanarnos a nosotros mismos. Entonces ¿Por que nos es tan difícil?

Desde pequeños se nos ha entrenado para desensibilizarnos. Pasamos muchos años en un sistema en el cuál aprendemos a reprimir nuestras necesidades e impulsos. En el colegio se nos enseñó a reprimir nuestras necesidades de jugar, de gritar, de movernos e incluso de ir al baño. Se nos modeló para que formáramos una imagen exterior de tranquilidad y de quietud.

Cuando esa imagen de quietud era débil, ya sea porque el niño lloraba o no lograba estar tranquilo por mucho tiempo, aprendimos que no ajustarse a la norma era algo defectuoso.

De esa forma, con el tiempo fuimos dejando de escuchar a nuestro cuerpo y a nuestro corazón para poder mantener esta imagen de personas normales, sanas, inteligentes y fuertes.

Esta imagen, es justamente la que nos enferma.

Entonces, ¿Cómo sanar?

La respuesta es muy simple y todos tenemos lo necesario para sanar. No se necesita ningún milagro. El milagro, en realidad, es comprender que nosotros no somos esa imagen que hemos creado hacia al mundo.

Si queremos sanar, debemos volver a sentir. Así de simple. Si todos tuviésemos la valentía de sentir, no necesitaríamos de psicólogos ni sanadores ni terapeutas. Porque lo que nos enferma es bloquear las emociones. Reprimir el dolor y aparentar que estamos bien.

Cuando queremos llorar, pero bloqueamos las lagrimas, porque "Tenemos que ser fuertes", lo que estamos haciendo, a nivel energético es rechazar la emoción. Al rechazar esa emoción estamos rechazando el presente y sin darnos cuenta, creamos una coraza que nos deja encerrados juntos con esa emoción.

Tenemos tantas emociones encerradas dentro de nosotros que nos pesan. Y cuando intentan escapar las volvemos a bloquear, porque es eso lo que hemos aprendido.

Si quieres sanar, es tiempo de que des-aprendas lo que te enseñaron.

No le temas a tus emociones. Por muy dolorosas o incomodas que sean. Siéntelas.

Si tienes ganas de reír, ríete con toda tu fuerza. Si tienes ganas de llorar, llora hasta que ya no tengas ganas de seguir llorando.

No provoques tus emociones, simplemente acepta lo que sientes.

La aceptación es una muestra de amor. Al aceptar lo que sientes sin querer que sea de otra manera, te estás amando a ti mismo. Y en ese momento es cuando ocurre el milagro de la sanación.